Yo iba en la Universidad cuando nos dieron quince días de vagaciones.
No tenía trabajo y ni me interesaba encontrarlo, ¿para qué? ¿Con qué fin? ¿Tener dinero? ¿Ser más responsable y madurar?, ¡no lo sé ¡
Lloraba como nenita por sentirme y por tener una vida miserable. Pasaba mis vacaciones sin hacer nada de provecho.
Me levantaba de la cama a las diez de la mañana esperando a que pasara el tiempo que transcurría sin detenerse. Mis actividades de ociosidad consistían en ir dos o tres horas al café internet del centro de la ciudad, ver televisión y leer el libro en cuestión que me hubieran prestado o conseguido. No salía mucho de mi casa o no salía, porque pues no tenía muchos amigos y siempre estaba a la espera de un mensaje o llamada de mi novia que nunca llegaba y que por lo mismo había perdido toda esperanza en mi relación sentimental, la que en unos días terminaría. A veces no hacía nada y solo esperaba a que el reloj caminase. Miraba como las manecillas marcaban determinada hora, con lo cual el día ya se había ido. ¿Pasaban más de las doce? ¿la una? ,¡ Que importaba! :-( Sólo aguardaba a que cambiara la hora para ir enseguida a checar que había en la tv y perder el tiempo :-( En ocasiones me masturbaba y era en las noches antes de cerrar los ojos; la (obligada) chaquetita y a dormir. Rockdrigo González sonaba en esos días de amargura en mi habitación, casi todos los días y después de entrar a clases también. Seguirían sus hurbanistorias en mis oídos.
El tiempo seguía su curso y no había nada que pudiera detenerlo.
1 comentario:
Decía el buen Schopenhauer: "Los hombres se parecen a esos relojes de cuerda que andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que repita una vez más su rancio sonsonete gastado de eterna caja de música, frase por frase, tiempo por tiempo, con variaciones apenas imperceptibles."
El profeta del nopal fue sabio. No solo el amor es un "rock en vivo" sino también la vida... se acaba... al igual que la cuerda que nos dan al nacer. Lo que hacemos con ella marca esas "variaciones apenas imperceptibles" que, aunque pequeñas, no son nada despreciables. Si de antemano sabemos que ese "rock en vivo" se nos acaba aprendamos a disfrutarlo!!
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Muy sincero, muy honesto. Me gustó. Eso que ud. siente ya lo sentimos muchas personas y lo sentirán muchas más. Ningún estado es permanente, no lo olvide.
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