Hoy/ayer/hace
rato me encontré a un ex amigo y… bueno no me importa perder a un amigo o bueno
tal vez sí me importa. Es sólo que ando un poco deprimido y encima me encuentro
a este ex amigo que antes era mi amigo o bueno yo creí que lo era. Me pone un
poco triste el saber que ya no es mi amigo porque yo sí lo consideraba que
estaba entre los dedos de la mano (you
know).
Iba
caminando y de lejos lo vi, de inmediato saqué mi celular para hacerme pendejo
(nunca creí que esta maniobra se la iba a aplicar a él, a uno de mis amigos),
no saludarlo y hacer como que no lo había visto. Que revisaba mi celular porque
había recibido un mensaje, la hora. Pero me vio (como no hacerlo si íbamos de
frente y pasamos uno al lado del otro) y se dio cuenta que no lo quise saludar.
Y él se siguió derecho y yo también. Y vi cuando pasó a mi lado. Y observé su
rostro sabiendo que lo había visto y él a mí, y observé su rostro; esa mueca
de… que ya no éramos /somos amigos.
Y
no sé. Es triste saber que ya todo se fue al carajo. Que ya nunca seremos
amigos de nuevo, que la confianza construida jamás volverá, como el polvo en el
aire. Y que lo que construimos con el paso del tiempo, se destruyó en un
instante.
Y
no sé tal vez no me importe o tal vez sí. Es sólo que está mal que se terminen
las amistades que creías iban a durar para siempre. O esas amistades que tú
creías sólidas. Que se acaben y que todo lo que vivieron/vivimos juntos sea un
recuerdo que jamás se volverá a platicar. Pero ni modo así es la vida y tenemos
que continuar.
Y
no sé, creo que no tiene ganas de arreglar las cosas porque para empezar él fue
el que tuvo la culpa y no yo. Él fue quien echó a perder esa buena amistad
forjada en la prepa.
Y
más por una estupidez: el dinero, el cochino y vulgar dinero. Que no era lo
importante pero que tuvo que ver. Y que además no era mucho, pero bueno.
Todo
comenzó cuando me pidió prestado una lana porque según él su mamá estaba
enferma y su familia necesitaba juntar cierta cantidad de dinero para una
operación. Una gran cantidad (que bueno, tampoco era mucho pero si una cantidad
un poco grande). Y yo como buen amigo (la verdad, tengo que decirlo, como amigo
sí lo hice de todo corazón, desde
adentro, sin mala fe y con toda la buena voluntad de mi parte) decidí
prestarle cinco mil pesos. Entre préstamos y lo que junté.
Yo
-mira yo no tengo mucho pero si te sirven te presto cinco mil pesos, ocúpalos y
luego me los regresas.
Ex
amigo-sí, gracias en cuanto los recuperé o me paguen te los regreso. En la
quincena te los doy. Luego, luego.
Yo-
sí, no hay problema. Sin prisa. Ahí me avisas.
Ex
amigo-sí, mi papá ya sacó un préstamo. En cuento se lo den te recupero tu
dinero.
Yo-
Ok, ok.
Pasaron
los días. Llegó la quincena y no me dio nada, llego el mes y tampoco, pasaron
los meses y nada de nada. Pero eso no fue lo peor sino que ni siquiera me avisó
que se iba a tardar para pagarme. Con que me hubiera avisado yo habría
entendido, con que me hubiera mandado un mensaje por Facebook, un mensaje
de un puto peso por celular, una llamada de un pinche minuto habría
bastado para entender. ¡Pero no!, ni siquiera se tomó la molestia de hacer eso,
el infeliz.
El
problema no fue tanto el dinero sino la actitud que tomó hacía la situación.
Como dije; con que me hubiera avisado habría bastado. Uno entiendo y sabe que
muchas veces no hay dinero, con que me hubiera dicho:
-Sabes
que ahorita no voy a poder pagarte aguántame te pago en unos 6 meses, en un
año, poco a poco, en diciembre.
-
las cosas no salieron como esperábamos y espérame un poco con tu dinero.
-dije
que te iba a pagar pero no voy a poder, voy a tardar pero sí te voy a pagar.
-mi
mamá sigue mal aguántame.
Etcétera,
etcétera. ¡Pero no, nada de eso, ni siquiera un pinche mensaje, carajo!
Y
yo lo busqué:-¿qué onda con mi dinero? ¿Qué onda con eso?, oye ahora yo
necesito de ti tengo un familiar que necesita dinero, ¿tendrás algo?
Jamás
respondió mis mensajes por Facebook, celular ni contestó mis llamadas que le
realicé para saber sobre su situación/mi dinero/su deuda. En pocas palabras se
hizo bien guey.
Por
esas fechas un familiar estaba enfermo y yo ahora necesitaba de él y de mi dinero y él jamás me respondió.
En
una ocasión lo volví a encontrar (después de un año y antes de ésta) y me dijo
que fuera a su casa para hablar de su deuda pero yo le dije que ya no
importaba, que ese dinero ya no importaba y que lo daba por perdido y que ya no
había problema. Creo que le caló que le dijera eso porque ya no me dijo nada.
A
mí me dolió perder más su amistad y confianza que el dinero.
Desde
ese momento las cosas, la actitud y la amistad cambiaron recíprocamente. Lo
borré de mis contactos Facebook y de mi celular. Ya no quería (ni quiero) saber
nada de él.
Ahora
ya no me importa mucho lo que suceda con él pero tal vez sí me importa el que
hayamos perdido nuestra amistad porque era un buen amigo en el que podía
confiar y en el que ahora ya no podré hacerlo.
La
verdad ni era mucho dinero pero como dije el problema fue su actitud. En fin.
Notas.
-Y
que se irá como el polvo en el aire.
-Tal
vez sí me importa y por eso escribo esto pero después de esta entrada no
volveré a tocar el tema ni aquí ni en mí cabeza (eso espero). De alguna manera
me sirve sacarlo y desahogarme en la escritura, en mi blog. Siento que me ayuda
muchísimo escribirlo.
-
A lo mejor yo estuve/estoy mal.
1 comentario:
Viví situaciones similares, y no con una, sino varias personas.
No lo valoran; muchos sienten que se lo merecían de todos modos. Por eso se esconden, o te reemplazan por nuevos "amigos" o por una pareja o amante. Por dentro siempre estuvieron viéndote como un recurso al cual debian cultivar socialmente hasta llegar el momento de cosechar algo.
Los verdaderos amigos saben que la amistad debe alimentarse, que no se abandona ni se deja así nadamás creyendo que por si sola se mantiene. Y los falsos... pues de esos ya vimos de sobra cómo son.
Publicar un comentario