Después de tener un orgasmo,
Monix se queda pensando y mirando el techo. Sólo pensando, siempre le ayuda
eso; el llegar al clímax porque estira los brazos o se queda inmóvil, pensando
en qué ha hecho mal, por qué vive así, de esa manera.
Monix está inmóvil,
desnuda, sin que sienta frio, el clima es bastante agradable para su cuerpo
desnudo. Esta tendida sobre su cama. Sus pequeñas tetas apuntando al cielo. La piel
suave y blanca como un durazno. Piensa en los orgasmos que ha tenido a través de
su vida y en el que acaba de terminar. Exhala un suspiro que parece irse hacia
el infinito, traspasando el cielo y yéndose hacia el universo. ¿Qué es un
orgasmo? Dice dentro de su cabeza, ¿por qué se siente así?, ¿Quién decidió que
fuera de esta manera?, ¿serán acaso reacciones químicas que se liberan del
cuerpo y del cerebro? Todas estas preguntas inundan su cabeza, sin darles mucha
importancia, sólo están ahí y sin pensar demasiado en ello. Monix mira su
cuerpo, está convencida de que no es mal parecida y sin embargo se pregunta por
qué está sola, por qué vive en soledad.
¡Y sin embargo!, para
Monix el sexo no es tan importante, sólo es una de las tantas cosas hermosas de
este planeta.
¿El paraíso será como un
orgasmo o será como la heroína?